Consiste en eliminar las células muertas de las capas exteriores de la piel, combatiendo la deshidratación facial hidratando, revitalizando y reafirmando la piel del rostro.
Aplicando un producto químico, se estimula la síntesis
de colágeno, elastina y glicoproteínas dérmicas. Se suelen utilizar
diferentes ácidos en función de los resultados que se busquen, del tipo de piel,
del estado en el que se encuentre el cutis, del historial clínico, etc.
Lo ideal es realizar el tratamiento en invierno y evitar el sol.
Es fundamental utilizar protección solar tras las sesiones.
Embarazadas o lactantes y pacientes con infecciones en la piel o atopias faciales.